jueves, 19 de noviembre de 2015

El Principito, Antoine de Saint-Exupéry. Editorial Porrua, 2015.

Hoy quiero hablar de la soledad. Estoy sola,  y sin embargo me siento llena de amor y acompañada.

Lo que sucede es esto; los seres humanos tenemos en etapas tempranas de nuestra existencia una única oportunidad de fortalecer nuestra autoestima para el resto de nuestros días. Si somos lo suficientemente afortunados de contar con alguien que se dedique a fortalecer nuestras habilidades para querernos a nosotros mismos, difícilmente vamos a sufrir por nuestra percepción de la soledad.

Es así como puedo decir que mientras tengamos el valor suficiente de valorarnos mas que a nada y a nadie, nunca estaremos solos. Esto no es egoísmo, y al contrario de lo que se pueda creer, es nuestra responsabilidad ser amos y dueños de nuestro cuerpo y nuestro pensamiento.

Por tanto, si no has construido una fortaleza de amor en edad temprana,  toma tus armas y sal a hacerlo.
Fabiola Rodríguez Loredo.

FRASES:
Los mayores jamás comprenden nada por sí solos y es cansado para los niños estarles dando explicaciones una y otra vez.

Cuando el misterio es demasiado impresionante no nos atrevemos a desobedecer.

- Sabes..., cuando se está tan triste le gustan a uno las puestas de sol...

- ¡Qué hermosa eres!
- Así es - respondió dulcemente la flor-. Y nací al mismo tiempo que el sol...

"¡No supe entonces comprender nada! Debería haberla juzgado por las acciones, y no por las palabras. Me perfumaba y me iluminaba. ¡Nunca debí escaparme! Hubiera debido adivinar su ternura detrás de sus propias astucias. ¡Las flores son tan contradictorias! ¡Pero yo era demasiado joven para saber amarla!"

Debo soportar dos o tres orugas si quiero conocer las mariposas.

Es preciso exigir a cada uno lo que cada uno puede dar.

Es más difícil juzgarse a uno mismo que juzgar a otro. Si tu logras juzgarte bien, es que eres un verdadero sabio.

Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran las cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen vendedores de amigos, los hombres no tienen amigos.

El lenguaje es fuente de malentendidos.

He aquí mi secreto. Es muy sencillo: Sólo se ve con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos.

Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado.

Nunca se encuentra contento uno donde está.

Los ojos son ciegos. Hace falta buscar con el corazón. 

Cuando veas el cielo, la noche, puesto que yo viviré en una de ellas, puesto que yo reiré en una de ellas, eso sería para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tu tendrás estrellas que saben reír!

Eso será como si yo te hubiera dado, en lugar de estrellas, pequeños cascabeles que saben reír...