domingo, 15 de febrero de 2015

El Delfín, historia de un soñador. Sergio Bambarén, 1996. Ediciones B.

Me parece que el libro se basa en una filosofía que sostiene que el sentido de nuestra existencia es seguir nuestro instinto más primario de supervivencia y nuestra intuición. 
Este es uno de los primeros libros que leí. Hoy que lo leo nuevamente me deja la misma sonrisa de antes.
Fabiola Rodríguez Loredo


Nuestro mundo está lleno de delfines que se pasan el día pescando. No tienen tiempo de perseguir sus sueños. En lugar de pesar para vivir, viven para pescar.

Llega un momento en la vida en que uno no puede sino seguir su propio camino. Es el momento de perseguir los sueños, de defender los principios en los que se cree.

Caer en la más profunda desesperación nos ofrece la oportunidad de descubrir nuestra verdadera naturaleza. Del mismo modo que los sueños se cumplen cuando menos lo esperamos, hallarás inopinadamente las respuestas a las preguntas que te haces. Deja que tu intuición construya un sendero de sabiduría, y que la esperanza borre tus temores.

La mayoría de nosotros no estamos preparados para superar nuestros fracasos, y por eso no somos capaces de cumplir nuestro destino. Es fácil defender algo que no entraña ningún riesgo.

La ola perfecta no vendrá a mi; soy yo quien debo ir en su busca. 

Quizás amar consista aveces en renunciar al otro, en saber decir adiós, en no dejar que nuestros sentimientos interfieran en lo que probablemente sea el  fin, en ayudar a quienes amamos.

El descubrimiento de nuevos mundos no sólo te aportara felicidad y sabiduría, sino también tristeza y temor. ¿Cómo podrías valorar la dicha sin haber experimentado nunca la tristeza? En última instancia, el gran reto de la vida consiste en superar nuestros propios límites, ampliando los hasta lugares a los que jamás habríamos soñado llegar. 

Todos tenemos sueños -pensó-. La única diferencia es que algunos se esfuerzan constantemente en alcanzar su destino sin importarles los riesgos, mientras que otros renuncian a sus sueños para no perder lo que poseen. No saben cuál es el auténtico objeto de su vida.

Es el temor a lo desconocido lo que les hace comportarse de ese modo. No comprenden que las lecciones más hermosas de la vida se aprenden en las situaciones más comprometidas y difíciles. 

Tal vez resulte muy difícil lograr que los sueños se hagan realidad. Tal vez si tratamos de ahorrar esfuerzos, olvidemos la razón por la que comenzamos a soñar y al final descubramos que el sueño ya no nos pertenece. Tal vez si nos limitamos a seguir los dictados de nuestro corazón, alcancemos al cabo de un tiempo nuestra meta. Recuerda mi consejo: cuando estés a punto de rendirte, cuando pienses que la vida ha sido injusta contigo, recuerda quien eres. Recuerda tu sueño. 

Hace muchos años que inicié mi odisea, y aprendí que, cuanto antes empiezas a fiarte de tu instinto y de los dictados de tu corazón, más fácil resulta perseguir tus sueños. 

Existen cosas que no puedes ver con los ojos. Debes verlas con el corazón, y eso es muy difícil. Por ejemplo, si descubres que en tu interior anida un espíritu joven, avanzaréis los dos juntos, con tus recuerdos y sus sueños, tratando de hallar un camino a través de esta aventura llamada vida, procurando sacar siempre el máximo provecho de ella. Así tu corazón jamás se sentirá cansado, ni viejo..

Las decisiones constituyen una forma de definirnos. Son una forma de dar vida y significado, a las palabras, a los sueños. Son la forma de permitir que seamos lo que queremos ser. 

En el lugar hacia el que te diriges no hay senderos ni caminos. Debes guiarte por tu intuición para alcanzarlo. Has seguido las señales y al fin has llegado a tu destino. Ahora debes dar un gran salto hacia lo desconocido y descubrir por ti mismo quien tiene razón, quién está equivocado, quién eres tú. 

Algunas cosas siempre serán más fuertes que el tiempo y la distancia, más profundas que las lenguas y las costumbres, como el hecho de perseguir los sueños y aprender a ser uno mismo. Compartid con otros la magia que habéis descubierto.

- El secreto de una vida plena y feliz - dijo Daniel lenta y pausadamente - reside en aprender a distinguir entre los tesoros auténticos y los falsos. El mar que nos rodea, el sol que nos da la vida, la luna y las estrellas que brillan en el cielo son tesoros auténticos. Sin intemporales y sirven para recordarnos que estamos rodeados de magia, que en nuestro mundo se producen infinidad de milagros, que debemos admirar el universo en el que vivimos y procurar que nuestros sueños se conviertan en realidad. 

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